Sobre el proyecto
La minería en el Cerro Tamaya tuvo un importante desarrollo en el siglo XIX. Es conocida la historia de cómo José Tomás Urmeneta dio con una generosa veta de cobre en una de las minas de esta célebre montaña. Con esto vino la bonanza, caminos, placillas, iglesias y hasta un ferrocarril que unía docenas de pequeñas minas alrededor. Pero a finales del siglo XIX las leyes de cobre fueron bajando y vino una grave crisis económica nacional, por lo que todo fue lentamente abandonado. Los asentamientos mineros fueron casi borrados de la superficie y solo quedan algunos piques o socavones trabajados por ancianos mineros.
Casi 100 años de intensa actividad humana dejaron una enorme cantidad de huellas en el paisaje, representadas en muros, pircas, pequeños fragmentos de loza y herramientas oxidadas, ladrillos, escoriales y también testimonios orales que relatan la antigua grandeza.
Este conjunto de huellas, junto al solitario paisaje lacerado por las acciones humanas en su afán extractivo, nos cuentan una historia que pretendemos visualizar y poner en valor con este proyecto, imprimiéndole una nueva mirada a la histórica minería de Tamaya, creando un registro visual de sus sectores tradicionales y paisajes que dejaron estas antiguas faenas, desarrollando también una iconografía minera con algunas construcciones y objetos que encontremos.
Trabajamos en este proyecto:
Cristian Campos González: Fotógrafo de terreno.
Frank Vicencio López: Historiador patrimonial.
Miguel Vega: Historiador de Tamaya.
Jannina Guerrero: Diseñadora.